Ese día nos despertamos muy felices con papá, nos arreglamos y nos fuimos al hospital San José Infantil para verte, llegamos y nos tocó esperar un poco en la sala, luego de repente anunciaron mi nombre y la emoción aumento, papá estaba un poco confundido pues no sabía si podía ingresar y para fortuna de todos a papá le dieron permiso de ingresar, la dicha era enorme, los dos lograriamos verte por primera vez.
El ginecólogo que nos atendió nos explico cada detalle de ti, todo estaba en parámetros normales y tu tiempo de gestación daba justo con las cuentas que hicimos con papá, lo más hermoso de aquel día fue ver y escuchar tu corazón, ¡que dulce momento! yo estaba muy feliz orgullosa de poder tenerte en mi vientre y que en mi cuerpo latieran dos corazones, en definitiva que fortuna ser mujer y sostener vida. La emoción de escucharte vivir nos llevó a un lugar de paz y plenitud y le dimos espacio a las sonrisas y a los ojos aguados.
No cabía de la dicha, salimos del consultorio muy contentos de poder verte, nos dieron los resultados en hojas, lo cual para mí fue extraño ya que yo me había ilusionado con que las ecografías las daban en un tipo de papel fotográfico y a un tamaño visible, pero en este lugar no funcionaba así, nos entregaron tus imágenes todas en una sola hoja tamaño carta y apenas y se podía ver, pero bueno, eso fue capricho de embarazada porque al final lo que importaba era que tu estuvieras sana y salva dentro de mi.
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