miércoles, 22 de abril de 2020

Nuestro primer trimestre.

Hola bebé!! (Y todas aquellas que nos leen)


Hoy estoy escribiendo esto, tú ya tienes 16 semanas, ya estamos por acabar el cuarto mes de gestación y todo va saliendo muy bien para alegría de todos. Hace mucho no escribía sobre esta experiencia, lo quería sí, pero no lograba, tuve un primer trimestre cargado de muchos sentimientos revueltos, algunos ni los podía identificar, y súmale también los malestares normales de mamá embarazada: nauseas, inapetencia, vómitos, cansancio hasta por lavar un solo plato y no, no estoy exagerando, a mi me pasó y así lo viví. El primer mes:Este primer mes contigo en mi vientre fue maravilloso y aunque aún no sabía que estabas dentro de mí, pase ese mes celebrando el amor entre tu papá y yo, enero en particular es un mes donde siento que compartir la vida al lado de tu padre es un regalo de Dios y además es el mes donde tenemos en mente todo lo que le pedimos al universo que se cumpla a lo largo del año. Fue lindo también porque aún para esos días no se sienten síntomas, aún se puede comer de todo y llevar una vida considerada "normal". Al finalizar este mes lo único que se me hacía extraño era que me sentía con nauseas al cepillarme los dientes, ese fue mi primer síntoma, pero yo aún no lo asociaba con el embarazo. Aunque no sabíamos que ya estabas siempre guardamos la esperanza que de que, si estuvieras, ya sabes lo mucho que te deseamos. El segundo y parte del tercer mes:Este mes estuvo cargado de sentimientos de todo tipo, risas, llantos, rabias, inconformidades, frustración, felicidad, satisfacción y muchos más sentimientos. Fue en este mes cuando supimos que habías llegado a este mundo, y cuando nos enteramos se nos hacía difícil creer que fuera verdad (al menos a mí), el proceso de asimilación es lento, pero es más lento aún el proceso de hacer consiente que tienes una nueva vida en el vientre, esto hizo que algunas veces en mí no engranaran las piezas para llevar una vida más tranquila, yo quería seguir haciendo mi vida normal, como si no pasara nada y resulta que todo cambia desde la concepción. Por supuesto estaba dichosa y encantada de estar gestando pero tenía un poco de frustración en mi ser, pero ¿a qué se debía este sentimiento en una etapa considerada tan maravillosa por muchos?, la respuesta a esto no fue tan fácil de encontrar y la verdad es que si no te esfuerzas por encontrar "ese sentimiento" acabas por negarlo u ocultarlo y te lo cargas en la espalda como un mono que no te deja en paz, así que lo que hice fue hacer conscientes mis actividades y relacionarlas con mis sentimientos, esto me ayudó a interiorizar mi sentir y a sobrellevar todo lo que estaba pasando en el cuerpo que físicamente pasa por miles de cambios constantemente.   Entender que tu cuerpo físico está cambiando es comprender cómo funciona tu cuerpo internamente y saber que la naturaleza es tan sabía que todos estos cambios nos ayudan a mantener a seres como tú en nuestra panza, para entender todo esto mamá empezó a investigar en internet y a decir verdad a nosotros nos sirvió escuchar una serie de podcast en Spotify llamado La Bienvenida, donde explican semana a semana como va cambiando el cuerpo de mamá y del bebé, al lado de especialistas en cada tema, hablan además de alimentación, cuidados, mitos y en realidad es muy completo, cada semana te dan ganas de consultarlo para ver que te espera en tu avance en la gestación. A parte de los cambios físicos que no se hacen esperar, tenemos también los cambios emocionales, estos cambios nos ayudan a interiorizar aún más este proceso, en este mes especialmente lloré por todo, felicidad y tristeza, muchos días me levantaba esperanzada en avanzar sin detenerme y otros días no quería ni levantarme de la cama, sentía muchas veces la energía en el suelo y era complicado retomar mis actividades. Fueron muchas las veces que me sentía decaída, y en esos momentos Dios me puso ángeles para ser más valiente, para enfrentar mis miedos, en el sistema de salud tenía el apoyo de mi médica, la cual en las pocas citas que logré con ella fueron de gran ayuda para poder entender lo que me pasaba; en casa, tu papá fue un apoyo grandioso, él es el mejor cuidador mental que la vida me pudo dar, da consejos que alivian, palabras que reconfortan, abrazos que le traen calma al alma, en sus brazos lloré en ese mes como nunca, le contaba mis miedos, y acá te doy un consejo: dale siempre importancia a una persona que te escuche con tanta atención, porque fue contándole a tu papá cada detalle de mis sentimientos cuando pude descubrir lo frustrada que me sentía al no poder hacer lo que siempre hacia: hacerle un rico almuerzo, dejar que papá se concentrará en sus cosas en las mañanas sin preocuparse tanto de mí, arreglar cada detalle de la casa, bailar, maquillarme, me sentía muy culpable, me sentía como una carga para tú papá y además sentía que no era autosuficiente, estaba acostumbrada a hacer todo por mi cuenta, sin pedir ayuda, pensaba que algo andaba mal en mi porque yo veía casos de mujeres que mi mismo estado "subían y bajaban" con normalidad, trabajaban sin descansar y pensaba ¿por qué soy tan floja? ¿seré muy consentida? ¿y si fuera mamá soltera? y por mi pasaban pensamientos de "eres inútil" "deberías esforzarte más" y además de mis pensamientos tenia a personas alrededor que muchas veces reforzaban estos pensamientos y me decían "y eso que estás en la casa", "si estuvieras trabajando no estarías pensando tanto en eso", "eres muy consentida”, “estar tan triste le va a afectar al bebé", "ese bebé va a nacer muy llorón", en un punto de estos, fui a donde una psicóloga, remitida por mi médica, y uno jura que allá va a encontrar una luz para su oscuridad y pues no, cuando llegue al consultorio de esta psicóloga (de EPS) yo empecé a llorar y lo que hizo en toda la consulta fue, primero, no dejarme hablar y segundo hacerme sentir culpable diciéndome que el bebé iba a estar muy afectado por mi estado emocional, más de lo mismo, gracias a Dios no me aferré a sus comentarios. Lo bonito de haber transitado por este mes fue que resulté haciendo las paces conmigo misma y contigo, encontrando en la oración el amor incondicional de una madre y orando para vivir mi vida según la voluntad del universo, ¡así como estaba viviendo cada instante estaba perfecto!, aprendí a que llorar no está mal y más si estas embarazada, que si estoy triste lloró pero no me quedo ahí, tengo miles de razones para vivir una vida feliz y tranquila, que tengo que transitar mis sentimientos, que tanto mi luz y mi sombra hacen parte de mí y eso me hace única, soy una mujer sensible pero eso me hace empática y amorosa.
El final del tercer mes:Este mes estuvo más tranquilo, en este punto papá estaba en casa día y noche a mi lado, no tenía que salir a trabajar, ya que llegó una pandemia (Coronavirus) y desde el 20 de marzo hay confinamiento obligatorio, lo que nos hizo resguardarnos en casa, esto hizo que me sintiera acompañada y consentida por tu papá, fue un final de mes increíble, los tres estuvimos llenos de salud, amor y tranquilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario